MEDITACIÓN PARA ALCANZAR HUMILDAD
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN PARA PEDIR LA HUMILDAD
de San Alfonso María de Ligorio
en su obra “Práctica de amor a Jesucristo”
¡Oh Verbo encarnado!, os ruego por los méritos de vuestra santa humildad, que os hizo abrazar tantas injurias e ignominias por amor nuestro, que me libréis de la soberbia y me comuniquéis una partecita de vuestra humildad.
Y ¿cómo podría yo quejarme de los oprobios que se me hicieren, cuando tantas veces me hice reo del infierno? Jesús mío, por los merecimientos de tantos desprecios como sufristeis en vuestra pasión, dadme la gracia de vivir y morir humillado en esa tierra, como vos vivisteis y moristeis humillado por mí.
Por amor vuestro quisiera verme despreciado y abandonado de todos, pero sin vos nada puedo.
Os amo, soberano bien mío; os amo, amador de mi alma; os amo y propongo sufrir por vos afrentas y persecuciones, traiciones, dolores, sequedades y desamparos; me contento, único amor de mi alma, con no ser de vos abandonado.
No permitáis que me aparte nunca de vos.
Dadme deseo de complaceros, fervor para amaros, paz en los trabajos y en todas las adversidades, y dadme resignación y paciencia.
Apiadaos de mí; nada merezco, pero todo lo espero de vos, que me redimisteis con vuestra sangre.
También lo espero todo de vos, Reina y Madre mía, María, que sois refugio de pecadores. Amén.
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DÍA 7
POR EL SUFRIMIENTO, JESÚS ESTÁ CERCA DE NOSOTROS
De la obra “Sobre los grados de la humildad y la soberbia” de san Bernardo de Claraval.
1. No quiero decir que mediante esta experiencia se haya vuelto más sabio. Lo importante es que ahora está mucho más cerca de nosotros, débiles hijos de Adán. Tampoco tuvo reparo en llamarnos y hacernos hermanos suyos; y todo para no dudar más en confiarle las flaquezas que, como Dios, puede curar; y que, como cercano, quiere curar. Ya las conoce, porque sufrió. Con razón lo llama Isaías hombre de dolores y acostumbrado a sufrimientos. El Apóstol añade: Nos tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades. E indica a continuación el motivo de su compasión: Probado en todo, igual que nosotros, excluido el pecado.
2. Dios es dichoso. El Hijo de Dios también es dichoso en aquella condición por la que no se aferró a su categoría de ser igual al Padre. Él era impasible antes de despojarse de su rango y de tomar la condición de esclavo. Hasta entonces no entendía de miseria y de sumisión; tampoco conocía por experiencia la misericordia y la obediencia. Sabía por su naturaleza, no por propia experiencia. Pero se achicó a sí mismo, haciéndose poco inferior a los ángeles, que son impasibles por gracia, no por naturaleza; y se rebajó hasta aquella condición en la que podía sufrir y someterse. Esto, como ya se dijo, le era imposible en su categoría divina. Por eso aprendió la misericordia en el sufrimiento, y la obediencia en la sumisión. Sin embargo, como dije antes, por esta experiencia no aumentó su caudal de ciencia, sino que aumentó nuestra confianza, ya que por medio de este triste modo de conocer se acercó m más a nosotros Aquel de quien tan lejos estábamos.
3. ¿Cuándo nos hubiéramos atrevido a acercarnos a él si hubiese permanecido en su imposibilidad? Ahora, sin embargo, el Apóstol nos persuade a acercarnos confiadamente ante el tribunal de la gracia de Aquel que, como está escrito en otro lugar, soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores. Tenemos la absoluta certeza de que puede compadecerse de nosotros porque él mismo ha sufrido.
JACULATORIA: Jesús, por tu humillación, por tu santa obediencia, por tu pasión y muerte, dame humildad.
PROPÓSITO: Alegrarse y bendecir a Dios en los trabajos, sufrimientos, cruces de este día como un medio de asemejarme a Cristo y vivir la humildad.
LETANÍAS DE LA HUMILDAD
Venerable Cardenal Merry del Val
Jesús manso y humilde de corazón, óyeme.
Del deseo de ser lisonjeado, líbrame Jesús
Del deseo de ser alabado, líbrame Jesús
Del deseo de ser honrado, líbrame Jesús
Del deseo de ser aplaudido, líbrame Jesús
Del deseo de ser preferido a otros, líbrame Jesús
Del deseo de ser consultado, líbrame Jesús
Del deseo de ser aceptado, líbrame Jesús
Del temor de ser humillado, líbrame Jesús
Del temor de ser despreciado, líbrame Jesús
Del temor de ser reprendido, líbrame Jesús
Del temor de ser calumniado, líbrame Jesús
Del temor de ser olvidado, líbrame Jesús
Del temor de ser puesto en ridículo, líbrame Jesús
Del temor de ser injuriado, líbrame Jesús
Del temor de ser juzgado con malicia, líbrame Jesús
Que otros sean más estimados que yo. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean alabados y de mí no se haga caso. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean preferidos a mí en todo. Jesús dame la gracia de desearlo
Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda. Jesús dame la gracia de desearlo
Oración:
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
San Benito y San Bernardo, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.