DÍA 16.
PADRE NUESTRO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE; VENGA A NOSOTROS TU REINO Y HAGASE TU VOLUNTAD
MES DE OCTUBRE EN HONOR A LA SANTÍSIMA VIRGEN,
REINA DEL SANTO ROSARIO
wOraciones para comenzar todos los días:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, saludemos a la Virgen María con el saludo del Arcángel San Gabriel, sabiendo que al alabar a la Virgen, glorificamos a la Santísima Trinidad:
1.-Dios te Salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
2.-Dios te Salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
3.-Dios te Salve, María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
4.-Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
w Consideración diaria.
DÍA 16.
PADRE NUESTRO, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE; VENGA A NOSOTROS TU REINO Y HAGASE TU VOLUNTAD
Del libro “El secreto admirable del Rosario”
de San Luis María Grignion de Montfort
"Santificado
sea tu nombre." El nombre del Señor es santo y temible, dice el
profeta-rey, y en el cielo, según Isaías, resuenan las alabanzas con que los
serafines aclaman sin cesar la santidad del Señor Dios de los ejércitos.
Deseamos que toda la tierra conozca y adore los atributos de este Dios tan
grande y tan santo: que sea conocido, amado y adorado de los paganos, de los
turcos, de los judíos, de los bárbaros y de todos los infieles; que todos los
hombres le sirvan y glorifiquen con fe viva, firme esperanza y ardiente
caridad, renunciando a todos los errores; en una palabra, que todos los hombres
sean santos porque Él lo es.
"Venga a nosotros tu reino." Es decir, que reinéis en nuestras almas
por vuestra gracia, durante la vida, a fin de que merezcamos después de nuestra
muerte reinar con Vos en vuestro reino, que es la soberana y eterna felicidad
que creemos, esperamos y deseamos, esa felicidad que nos está prometida por la
bondad del Padre, que nos fue adquirida por los méritos del Hijo y que nos es
revelada por las luces del Espíritu Santo.
"Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo." Sin duda, nada
puede sustraerse a las disposiciones de la divina Providencia, que tiene todo
previsto y arreglado antes del suceso, ningún obstáculo es capaz de impedirle
el fin que se ha propuesto, y cuando pedimos a Dios que se haga su voluntad, no
es que temamos, dice Tertuliano, que alguno se oponga eficazmente a la
ejecución de sus designios, sino que aceptamos humildemente cuanto le plugo ordenar
respecto a nosotros; que cumplimos siempre y en todas las cosas su santa
voluntad, manifiesta en sus mandamientos, con tanta prontitud, amor y
constancia como los ángeles y bienaventurados le obedecen en el cielo.
wOración para terminar todos los días:
Infinitas gracias te damos, Soberana princesa, por los beneficios que todos los días recibimos de tus liberales manos. Dígnate, ahora y siempre, tomarnos bajo tu poderoso amparo. Y para más obligarte a ello, te saludamos diciendo:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, no dejes de honrar en este día a la Santísima Virgen con el rezo del santo Rosario! Si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Para rezar el rosario
Misterios gozosos (lunes y jueves) https://youtu.be/CAgyK7cQ3zQ
Misterios dolorosos (martes y viernes) https://youtu.be/94aYZr6Rbqo
Misterios gloriosos (miércoles, sábado y domingo) https://youtu.be/2kIWhrSCwKQ
Si se rezan los luminosos, se hacen los jueves: https://youtu.be/1kh4RWLIYBc