14 de octubre. San Calixto, papa y mártir
Calixto, natural de Roma; gobernó la Iglesia en tiempos del emperador Antonino Heliogábalo. Instituyó las Cuatro Témporas, en las cuales habían de guardarse los ayunos de origen apostólico. Edificó la basílica de Santa María trans Tiberim, y amplió el antiguo cementerio de la Vía Apia, donde habían sido sepultados muchos santos sacerdotes y mártires, por lo cual se conoce este cementerio con el nombre de Calixto.
Movido por esta misma piedad, hizo buscar con diligencia el cuerpo del sacerdote y mártir San Calepodio, que había sido lanzado al Tíber, y al cual dio honrosa sepultura. Por haber bautizado al cónsul Palmacio y al senador Simplicio, y a Blanda y a Félix, todos los cuales sufrieron el martirio, fue llevado a la cárcel, donde, después de curar milagrosamente al soldado Privato, cubierto de llagas, le ganó para Cristo, por el cual murió víctima de los azotes que recibió con un látigo guarnecido de plomos, siendo aún neófito.
Ocupó Calixto la Sede Apostólica 5 años, 1 mes y 12 días, creando, en cinco ordenaciones verificadas en el mes de diciembre, 16 Presbíteros, 4 Diáconos y 8 Obispos. Después de haberle sometido al tormento del hambre durante largo tiempo y a frecuentes flagelaciones, precipitáronle en un pozo, y así obtuvo la corona del martirio bajo el reinado del emperador Alejandro. Fue conducido al cementerio de Calepodio en la vía Aurelia, a 3 millas de Roma, en la vigilia de los idus de octubre, y trasladado más tarde a la basílica de Santa María trans Tiberim, edificada bajo su pontificado, en cuyo altar mayor es objeto de gran veneración.
Oremos.
Oh Dios, que nos ves desfallecer por causa de nuestra flaqueza, afiánzanos misericordiosamente en tu amor mediante los ejemplos de tus santos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. R. Amén.