lunes, 15 de agosto de 2022

POR SER MADRE DE DIOS, MERECIÓ SER ELEVADA CERCA DE ÉL. San Juan Damasceno

 


POR SER MADRE DE DIOS, MERECIÓ SER ELEVADA CERCA DE ÉL. San Juan Damasceno

LEcturas del II noctuno de maitines 

Sermón de San Juan Damasceno.

2º sobre la dormición de la Santísima Virgen.

El arca santa y animada del Dios viviente, que concibió en su seno a su Criador, descansa hoy en el templo del Señor no construido por mano de hombre. David exulta de alegría, y con él, le cantan himnos los Ángeles, la celebran los Arcángeles, la glorifican las Virtudes, se estremecen de júbilo los Principados, se regocijan con ellos las Potestades, manifiestan su alegría las Dominaciones, la festejan los Tronos y repiten sus alabanzas los Serafines. Hoy es recibido en el celestial Edén el paraíso animado del nuevo Adán, en el cual fue revocada nuestra condenación, plantado el árbol de la vida y cubierta nuestra desnudez.

Hoy no vuelve a la tierra aquella Virgen inmaculada, ajena a todas las afecciones terrenas y con el pensamiento puesto en el cielo: como cielo viviente, ha sido colocada en los eternos tabernáculos. ¿Podía experimentar la muerte la que había sido fuente de donde manó para todos la verdadera vida? Estuvo sujeta a la ley dictada por el mismo a quien engendró, y que como hija del viejo Adán debió someterse al antiguo decreto, del cual no se libró ni su mismo Hijo, que es la vida por esencia. Pero por ser Madre del Dios viviente le mereció verse elevada cerca de Él.