MES DEL ROSARIO
Postrados ante una imagen de la Santísima Virgen (si es posible de Nuestra Señora del Rosario) se dirá:
Por la señal...
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido y propongo con vuestra gracia no pecar más; lo que espero mee concederéis por vuestra pasión y muerte, para perseverar en vuestro servicio hasta alabaros en el cielo. Amén
Se lee y medita la reflexión de cada día.
Día 11
La oración del huerto
ORACIÓN
Nuestro, amantísimo Jesús, después de darnos la más sublime muestra de amor instituyendo el Augusto misterio de nuestros altares, por el que se quedaba perpetuamente con nosotros, marchó al huerto de los Olivos, manifestando a sus apóstoles que su alma estaba triste hasta la muerte.
Prosternándose en tierra empezó su penosa oración, representándose su santa Humanidad todos los crímenes y pecados del mundo, todas las penalidades, sacrificios y martirios de sus escogidos y la Pasión y Muerte con todos sus tan terribles tormentos y con las amarguras y dolores de su Santa Madre.
Tres veces rogó a su Eterno Padre que si era posible pasara aquel Cáliz, pero siempre diciendo: "Hágase vuestra voluntad y no la mía". ¡Qué sublime oración tan llena de enseñanzas!
La Santísima Virgen, cuya vida fue una continua oración desde que pequeñita fue presentada en el Templo para vivir en aquella casa de oración, supo que ésta es lo más agradable al Señor y por eso en humilde oración la encontró el Santo Arcángel cuando la reveló el Misterio de la Encarnación.
Ahora también la Consideramos, después que se despidió de Ella su Divino Hijo para emprender los sufrimientos de su Pasión, bendita, acompañándole con sumisión y pena en su oración. ¡Cómo siguió en espíritu todas las congojas de su Hijo y cómo se ofrecía también por nuestra salvación uniéndose al sacrificio! Aprendamos de estos modelos nuestra oración continuada y confiada, es decir, que, aunque creamos no somos atendidos, no desmayemos, seguros de que así nos conviene, pues, aunque no alcanzáramos lo que, pedimos, se nos concederá lo que sea mejor para nuestro bien, y así, humildemente, hemos de pedir, dejándonos abandonados a 1a, voluntad de Dios.
Seamos muy constantes en la oración, pues necesita mucho de ella nuestra pobrecita alma, que, si no le comunica el calor santo del amor de Dios, se entibiará y no tendrá fuerza para resistir a las tentaciones del demonio, pues sabemos por experiencia que por nosotros no podemos formular ni un buen pensamiento.
Pidamos a la Santísima Virgen por su oración tan agradable a Dios nos conceda verdadero espíritu de oración.
PRÁCTICA
Proponernos no dejar nunca nuestras prácticas de piedad, y si lo permiten nuestras obligaciones, asistir todos los días al Santo Sacrificio de la Misa, durante el cual son más aceptas a Dios nuestras oraciones.
PETICIÓN
Jaculatoria. Madre de 1a divina gracia, ruega por nosotros.
Bendita sea tu pureza...