miércoles, 20 de octubre de 2021

FORTALEZA (3) MES DEL ROSARIO. DIA 21

MES DEL ROSARIO

 

Postrados ante una imagen de la Santísima Virgen (si es posible de Nuestra Señora del Rosario) se dirá:

Por la señal...

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, bondad infinita, me pesa de haberos ofendido y propongo con vuestra gracia no pecar más; lo que espero mee concederéis por vuestra pasión y muerte, para perseverar en vuestro servicio hasta alabaros en el cielo. Amén

 

Se lee y medita la reflexión de cada día.

 

Día 21

La Crucifixión

FORTALEZA

Ya nuestro Divino Salvador había exhalado su último suspiro y nos había dado toda su sangre, abriéndonos su adorable corazón. La Virgen Madre, verdadera mujer fuerte, había estado de pie al pie de la Cruz, acompañando a su Divino Hijo en sus dolores y agonía, mezclando sus lágrimas con la sangre del Redentor, siendo por sus deseos y el martirio de su dolorido corazón corredentora nuestra.

Dos discípulos del Señor, José y Nicodemus, bajaron de la Cruz el Santo Cuerpo del Señor, depositándolo en el único altar digno de Él: en los brazos de la Santísima Virgen.

¡Qué dolor tan grande sería el de esta Madre contemplando sin vida al que es la vida del mundo! Yertas aquellas divinas manos que con ternura filial había acariciado tantas veces, velados por la muerte sus ojos, alegría del cielo. ¡Con cuánta reverencia quitaría la corona de espinas de su cabeza, temiendo le hiciera aún sufrir! Ella misma ungió su Divino Cuerpo para ser sepultado, llegando al colmo su dolor cuando, tomando de sus brazos santísimos el inanimado Cuerpo de su Hijo, le llevaron para dejarlo en el sepulcro.

Siguió la desolada Madre el Santo Entierro, hasta que cerraron la piedra del sepulcro, en donde queda también su corazón.

¡Oh, amor sublime y lleno de fortaleza para hacerse superior a todas las aflicciones y soportar todas las amarguras!

Acompañada la celestial Señora de las santas mujeres y de su hijo adoptivo, volvióse a Jerusalén para orar en su soledad, recordando todos los misterios de la Pasión del Dios hecho Hombre para la salvación del mundo. Acompañémosla en su soledad: lloremos nuestros pecados que han sido causa de sus dolores, y con firmeza resolvamos combatir nuestros defectos, para, con la gracia que nos alcance nuestra Madre, hacernos dignos de recoger los frutos de la Pasión de Nuestro Salvador.

 

PRÁCTICA

Recemos con mucha devoción, siempre que podamos, el Vía Crucis, con intención de seguir al Señor, meditando su Pasión, y acompañar a la Santísima Virgen.

 

PETICIÓN

Jaculatoria. Oh, María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.

Bendita sea tu pureza...