MES DE MARÍA O MES DE MAYO CONSAGRADO A LA SANTÍSIMA VIRGEN
SEGÚN SE HACÍA EN LA IGLESIA DEL COLEGIO IMPERIAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
DÍA 13
Por la señal …
ORACIÓN DEDICATORIA
¡Oh, dulce Virgen! De purpúreas flores,
cada día pondré guirnalda hermosa
en tus sienes divinas,
y me serán regalos las espinas,
Pues la que nace de ellas, pura rosa,
tantos alcanza en coronarte honores.
Tú en galardón; lo espero, Madre mía;
mi frente humilde ceñirás un día.
Canto
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra! ¡Oh Paraíso del nuevo Adán sin serpiente! ¡Oh Lirio de los valles, Azucena sin mancha, Flor sin espinas, Rosa Mística! ¡Oh Flor de Jesé, Palma de Cadés, Cedro del Líbano! ¡Oh Flor de todas las virtudes y Árbol de todas las gracias, cuyo Dulcísimo fruto es Nuestro Señor Jesucristo! Siempre te amamos, siempre te invocamos, pero especialmente en este mes de las flores que dedicamos a tu Amor. Haz que en nuestras almas florezcan todas las virtudes y fructifique Nuestro Señor Jesucristo, en gracia y santidad. Y pues eres fuente sellada y pura, no permitas que se sequen jamás en nuestras almas la flor de tu devoción y el fruto del Amor a Jesucristo, tu Hijo. Amén.
MEDITACIÓN
DÍA TRECE
Del escándalo.
El escándalo es un pecado gravísimo, pues por él se le roba un alma al Salvador de todas, y alma que le costó agonía de muerte, prisión ignominiosa, afrentas y baldones, tormentos atrocísimos, dar toda su sangre, perder hasta su vida.
¿Y tú te atreves a quitársela? ¿Y hacer que para ella sea inútil la Pasión del Señor? ¿Y afligir su Corazón amabilísimo? Así te haces semejante al demonio, que desde el principio fue homicida de las almas, como dice San Juan. Tú también has sido homicida desde tu juventud con aquellas acciones impuras, con aquellas señas, miradas y solicitaciones. así has quitado la vida a las almas inocentes. ¡Qué traición! ¡Qué iniquidad!
El pecado de escándalo es un semillero de pecados. el que aquel joven cometió a tus instancias, tuyo es, y todos los que cometió después y tuvieron origen en tu Consejo y enseñanza, tuyos son. por ti pecó él, y enseguida se hizo en el pecar maestro de otros; pues todos los pecados que éstos cometan, cómo nacen de tu primer escándalo, tuyos son también. ¡Oh, que innumerable multitud de pecados pesan ya sobre ti!
el pecado de escándalo es una deuda enorme para con Dios. el que escandaliza declara guerra al mismo Dios, se pone de la parte del demonio y le ayuda a menoscabar la gloria divina. Tú eres, pecador escandaloso, quién has profanado los altares y los templos consagrados a Dios con tus irreverencias, risas, conversaciones, y acaso con actos peores. Tú eres el que robas las almas a Jesucristo, el que las arranca de su corazón, el que las entrega al demonio, el que las priva del reino de los cielos. Y de consiguiente, cuanto está de tu parte quitas al cielo sus trofeos, privas a Dios de bendiciones y alabanzas, y a los que habían de ser fieles siervos suyo los corrompes y sacrificas al diablo, para que pueblen el infierno y blasfemen y maldigan eternamente al Señor de los cielos.
¿Comprendes ahora la inmensa deuda que has contraído con tantos escándalos? Pues a pesar de todo, si con tu buen ejemplo, exhortaciones y consejos llegas a ganar un alma siquiera por tantas como has perdido, puedes esperar que el Señor quede satisfecho. En pago de toda la deuda admite tan corto servicio. ¿Rehusarás a tan poca costa satisfacerla?
EJEMPLO
Si has escandalizado a tus prójimos, acude a María y alcanzarás perdón, como le alcanzó en la ciudad de Aviñón un escandaloso que apartaba a los otros de la devoción de la Virgen, no contentándose con ser malo él, sino procurando que otros también lo fuesen, disuadiéndoles de ir a las congregaciones de la Virgen y murmurando de ellas y de los congregantes; siendo lo peor que, por ser ya viejo, muchos le daban crédito y tomaban sus depravados consejos. Cayó el hombre en una grave enfermedad; más, aunque veía la muerte cercana, ni mudaba de ideas, ni daba señales de arrepentimiento. Pero, en fin, llegó el día de la Purísima Concepción, en que los cofrades de María celebraban la fiesta con gran solemnidad, y entretanto, sin duda por intercesión de la Virgen; empezó el enfermo a pensar en sí y en su mala vida pasada, y repentinamente se trocaron sus ideas, por manera que ya veía las cosas no como antes le parecían. Con esto mandó llamar al Padre que dirigía la congregación, y a quien él menospreciaba. Viene el sacerdote, le abraza el enfermo, le pide perdón, le ruega que le confiese, y después de confesado le suplica, por último, que le admita por congregante. El Padre le recibió, y éste quedó libre a un tiempo de las enfermedades del alma y de la dolencia corporal, levantándose de la cama bueno y sano, y, como es de creer, en gracia de Dios, que es lo principal.
OBSEQUIO
En honra de María, procura estar en la iglesia con mucha devoción y modestia, y lo mismo en casa; en la escuela y en la calle, para reparar así de alguna manera el escándalo que hayas dado tus prójimos.
JACULATORIA
Líbrame, Señora, de los pecados míos y ajenos.
PARA FINALIZAR
3 avemarías
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.