A ti te saludamos ¡oh María! estrella de los mares, que brillas sobre las olas de este mundo para calmarlas y para proteger a los que claman a ti en la tempestad. Tu favoreciste a los Magos a través del desierto; guía también nuestros pasos y dirígenos hasta Aquel que descansa en tus brazos y te ilumina con su luz eterna.