LUNES SANTO: UNCIÓN EN BETANIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Dejadla que lo emplee para honrar de antemano el
día de mi sepultura.
Pues en cuanto a los pobres, los tenéis siempre con
vosotros; pero a mí no me tenéis siempre.
Evangelio según San Juan 12,1-9.
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania,
donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí
le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con
él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y
costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa
se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus
discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este
perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?». Esto lo
dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como
tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala;
lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los
tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis». Una muchedumbre
de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también
para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los
sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por
su causa, se les iban y creían en Jesús.
COMENTARIOS:
Homilía
de Maitines TODA ALMA QUE QUIERE SER FIEL, DEBE CON MARÍA UNGIR LOS PIES DEL SEÑOR CON UNGÜENTO PRECIOSO. San Agustín
Sta
Teresa de Jesús LA ORACIÓN DE QUIETUD, EL PERFUME DEL ESPOSO