27 DE MAYO
Sobre
la Asunción (4)
MARIA,
Turris
Davidica,
TORRE DE DAVID
Una torre, en el sentido más
simple de la palabra, es un edificio levantado para defensa contra los
enemigos. David, rey de Israel, levanto con este fin, una célebre torre, y como
que él es una de las principales figuras, uno de los tipos más proféticos de
Cristo, su torre es también una figura representativa de la Madre Virgen de
nuestro Señor.
Es llamada Torre de David, porque desempeño de una manera insigne el oficio de
defensora de su divino Hijo contra los asaltos de sus enemigos. Es habitual
entre los que no son católicos imaginarse que los honores que rendimos a Maria
son en perjuicio del culto que se debe a Jesucristo, al cual según ellos
eclipsa en la doctrina católica. Nada más contrario a la verdad.
Porque, si es tan grande la gloria
de Maira, ¿Cuál ha de ser la gloria de Aquel que es el Señor y el Dios de María?
Está infinitamente por encima de su Madre, y toda la gracia de que Ella está
llena, no es otra cosa que lo que sobra y rebosa de su incomparable santidad.
La misma lección nos da la historia. Dad una mirada a las naciones
protestantes, que hace tres siglos rechazaron toda devoción a la Santísima
Virgen, con la creencia de que, rechazando su culto, ensalzaban el de su Hijo.
¿Fue realmente este el resultado de su sacrílego proceder con la Santísima
Virgen? Todo lo contrario; estas naciones, a saber, Alemania, Suiza,
Inglaterra, después de haber obrado así, han dejado de adorar, en una medida
considerable a Jesucristo y han abandonado la fe en su divinidad, mientras que
la iglesia católica, dondequiera que está, adora a Jesucristo como verdadero
Dios, y verdadero Hombre, tan firmemente como siempre lo ha hecho, y sería en
verdad una cosa ajena a ella, el haberlo hecho jamás de otra manera. María es,
por lo tanto, Torre de David.
Beato John Henry Newman
Transcripto
por gentileza de Dña. Ana María Catalina Galvez Aguiló