6 DE MAYO
Sobre
la Inmaculada Concepción (4)
MARIA,
Domus aurea,
CASA
DE ORO
¿Por qué Maria es comparada a
una casa? ¿Por qué es llamada de oro?
El oro es el más hermoso de todos los metales, el que tiene mas valor, La
plata, el cobre y el acero pueden ser bellos y brillantes a los ojos, pero el
oro les aventaja en riqueza y esplendor. Tenemos pocas ocasiones de ver el oro
en cantidad considerable; pero quien haya visto reunido un gran número de
piezas de orfebrería, conoce el aspecto magnifico del oro. Por esta causa, en
la escritura, la Ciudad Santa es llamada de oro en lenguaje figurado. “La
ciudad santa, dice San Juan, era de oro puro, como cristal transparente” Quiere
sin duda, darnos una idea de la admirable hermosura del cielo, comparándola con
la más bella de todas las substancias que vemos en la tierra.
Por esto, también Maria se
llama de oro, porque sus gracias, sus
virtudes, su inocencia, su pureza, tiene un brillo tan trascendental y una
perfección, tan deslumbradora, y son, por otra parte, tan exquisitas y tan
raras, que los ángeles no pueden, por decirlo así, apartar de Ella sus miradas,
como nosotros no podríamos tampoco dejar de contemplar indefinidamente una
admirable obra hecha de oro purísimo.
Pero observad, además que es
una casa de oro, o, mejor dicho, un palacio de oro. Imaginemos que
contemplamos una gran iglesia o un palacio entero, hechos únicamente de oro,
desde los cimientos hasta el techo; tal es Maria, en cuanto al número, a la
variedad, y a la extensión de sus excelencias espirituales.
Más, ¿Por qué es llamada casa o palacio? ¿De quién es palacio? Es
del gran Rey, del mismo Dios; nuestro Señor, el Hijo de Dios, igual al Padre,
habita en ella. Fue su huésped va a una casa y después se marcha de ella. Mas
nuestro Señor nació realmente en esta
santa casa. Tomo en ella su carne y su sangre de la carne y de las venas de
Maria. Era, pues justo que esta casa fuese hecha de oro, porque había de dar parte de este oro para formar el cuerpo
del Hijo de Dios. Fue de oro en su concepción y de oro en su nacimiento. Pasó por el fuego del sufrimiento como el oro
por el crisol, y, cuando subió a los cielos, fue como lo dice nuestro himno
“elevada sobre todos los ángeles en una gloria infinita y colocada junto al
Rey, ataviada con vestiduras de oro”
Beato John Henry Newman
Transcripto
por gentileza de Dña. Ana María Catalina Galvez Aguiló