Santo Rosario.
Por la señal...
Señor
mío Jesucristo...
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Juan exclamo: Es necesario que yo mengüe, para que
él crezca.”
Juan
el Bautista sabía su misión: preparar un pueblo bien dispuesto para recibir a
Cristo, el Mesías, el Rey de Israel.
Pidamos que
nunca nos pongamos nosotros en lugar de Cristo, y hagámonos pequeños en
nuestras obras para que sea Jesús el que aparezca como Rey de todas las cosas.
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“María dijo a los sirvientes: Haced lo que él os
diga.”
La
Virgen María nos invita a obedecer a aquel que es nuestro Rey: este es el
camino para que el agua de nuestra vida se convierta en vino nuevo y
sobreabundante.
Acojamos a María
como Madre y como Maestra: ella hará dulce y suave los mandatos de su Hijo.
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Convertíos y creed en el Evangelio.”
La
conversión, el volvernos hacia Dios, es el comienzo del Reino de Jesús en este
mundo. Si queremos que se establezca el reinado de Cristo hemos de empezar por
la tarea diaria de convertirnos a él.
Pidamos la
gracia de la conversión.
4.-La Transfiguración del Señor
“Señor, qué bien estamos aquí.”
Si
dejamos que Jesús sea el Rey que gobierne nuestra vida, el Buen Pastor que
indique nuestro camino; podemos estar seguros de que nos llevará a lo alto del
Tabor, se nos mostrará resplandeciente y gozaremos de su gloria.
Pidamos la gracia
de perserverar haciendo la voluntad de Dios.
5.- La institución de la Eucaristía
“Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros”
Creemos que en la Sagrada Eucaristía, Jesús está
presente verdadera, real y sustancialmente. Gracias a esta presencia podemos
rendirle nuestro homenaje de adoración y alabanza.
Pidamos la gracia de
adorarlo como los ángeles en el cielo y recibirlo en la Sagrada Comunión con la
pureza, humildad y devoción de la Virgen María, con el espíritu y fervor de
todos los santos.