viernes, 2 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN (2)



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que eres uno con el Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.  Con el ángel del Portugal y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)
Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

2.-EL VERBO DE DIOS SE HIZO CARNE.
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
¡Misterio grande, misterio inefable, misterio dulcísimo! Quiere decir, por lo tanto, que el Verbo de Dios se hizo carne y puso su morada entre nosotros (Jn. 1, 14), que la divinidad se unió a la humanidad y que el Invisible se hizo visible, el Omnipotente se hizo débil, el Eterno comenzó a existir, el Inmenso se hizo limitado, llegado a ser lo que no era sin cesar de ser lo que era (Flp. 2, 6). Quiere decir que si en una época las naciones temían al sólo nombrar la divinidad, nosotros tenemos a un Dios que no quiere ser temido, sino amado (Rom. 8, 15). Por lo tanto, deja la gloria; oculta la majestad, se despoja de toda ostentación de grandeza para no manifestarse más que como hombre (Flp. 2, 7).
Él es Aquel que habita en la altura de los cielos, que se pasea sobre las alas de los vientos y que mide con una sola mirada la tierra, Él es Dios (Jn 1, 1); sin embargo casi teme manifestarlo y parece cuidarse de no dejar aparecer de Sí más que la sola humanidad para hacer completamente popular su clemencia (Tit. 3, 4).
ACTO FINAL DE REPARACIÓN
Enseñando por el ángel a los niños de Fátima
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.