Comentario al Evangelio
DOMINGO IN ALBIS
DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
“Levántate ya,
amada mía, hermosa mía, y ven…
(Cant. 2,10) Paloma mía, que anidas en
las hendiduras de las rocas (Ibid., 14)… Otro expositor ha visto en los
agujeros de la peña las llagas de Cristo, y con gran acierto, pues la piedra
era Cristo. Buenos agujeros, pues ellos afianzan la fe en la resurrección y en
la divinidad de Cristo. ¡Señor mío, y
Dios mío! (Io. 20,28), exclamó Tomás al contemplarlos.
¿De dónde salió ese oráculo
sino de los agujeros de la peña? Allí es donde el pájaro ha encontrado retiro,
y la tórtola nido en donde poner sus polluelos. Allí es donde la paloma se
refugia y mira sin susto al milano que vuela en derredor. Por eso dice Él: Mi paloma está en las hendiduras de las
peñas; voz de la paloma: Sobre la
peña me ha exaltado (Ps. 39,3). El hombre prudente edifica su casa sobre
roca viva, no teniendo así que temer las injurias de los vientos y de las
inundaciones. ¿Qué de bueno no habrá de tener la peña? Alto estoy en la peña,
seguro estoy en la peña, firme estoy en la peña, seguro del enemigo, libre del
accidente, por estar levantado sobre la tierra, pues todo lo terreno es caduco.
Tengamos nuestra vida en los
cielos y no temamos caer o ser derribados. La peña es el refugio de los erizos.
Y en efecto: ¿Dónde podrá hallar nuestra flaqueza un remanso firme y seguro
sino en las llagas del Salvador? Yo permanezco allí con tanta mayor confianza
cuanto que Él es poderosísimo para salvarme. El mundo brama, el cuerpo me
oprime, el diablo me tiende lazos; pero no caigo, colocado como estoy sobre la
piedra firme. Si cometiere alguna gran
culpa. Mi conciencia me remorderá, sin duda, mas no desesperare por ello,
recordando las llagas de mi Señor, pues ha sido cubierto de heridas por nuestros pecados (Is.53,5). ¿Qué hay tan
mortífero que no sea sanado por la muerte de Jesús? Al recordar que siempre
tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ninguna dolencia con su malignidad
me podrá causar miedo.”
SAN BERNARDO