domingo, 23 de abril de 2017

LAS LLAGAS DE JESÚS SON MI FIRMEZA. San Bernardo




Comentario al Evangelio

DOMINGO IN ALBIS
DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano

“Levántate ya, amada mía, hermosa mía, y ven… (Cant. 2,10) Paloma mía, que anidas en las hendiduras de las rocas (Ibid., 14)… Otro expositor ha visto en los agujeros de la peña las llagas de Cristo, y con gran acierto, pues la piedra era Cristo. Buenos agujeros, pues ellos afianzan la fe en la resurrección y en la divinidad de Cristo. ¡Señor mío, y Dios mío! (Io. 20,28), exclamó Tomás al contemplarlos.
¿De dónde salió ese oráculo sino de los agujeros de la peña? Allí es donde el pájaro ha encontrado retiro, y la tórtola nido en donde poner sus polluelos. Allí es donde la paloma se refugia y mira sin susto al milano que vuela en derredor. Por eso dice Él: Mi paloma está en las hendiduras de las peñas; voz de la paloma: Sobre la peña me ha exaltado (Ps. 39,3). El hombre prudente edifica su casa sobre roca viva, no teniendo así que temer las injurias de los vientos y de las inundaciones. ¿Qué de bueno no habrá de tener la peña? Alto estoy en la peña, seguro estoy en la peña, firme estoy en la peña, seguro del enemigo, libre del accidente, por estar levantado sobre la tierra, pues todo lo terreno es caduco.
Tengamos nuestra vida en los cielos y no temamos caer o ser derribados. La peña es el refugio de los erizos. Y en efecto: ¿Dónde podrá hallar nuestra flaqueza un remanso firme y seguro sino en las llagas del Salvador? Yo permanezco allí con tanta mayor confianza cuanto que Él es poderosísimo para salvarme. El mundo brama, el cuerpo me oprime, el diablo me tiende lazos; pero no caigo, colocado como estoy sobre la piedra firme.  Si cometiere alguna gran culpa. Mi conciencia me remorderá, sin duda, mas no desesperare por ello, recordando las llagas de mi Señor, pues ha sido cubierto de heridas por nuestros pecados (Is.53,5). ¿Qué hay tan mortífero que no sea sanado por la muerte de Jesús? Al recordar que siempre tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ninguna dolencia con su malignidad me podrá causar miedo.”
SAN BERNARDO