Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial:
Se hace memoria hoy de San Vicente Ferrer, santo
dominico que se entregó de forma incansable a la predicación de la fe. Entre
sus obras destaca una explicación de la misa solemne como una renovación toda
ella de los misterios de la vida del Señor, no sólo de su pasión y muerte. Voló
al cielo tal día como hoy del año 1419.
Señor
mío Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“La
vigésima quinta obra que realizó Cristo en este mundo fue que resucitó de la
vida mortal a la vida inmortal. Y después fue hallado el monumento abierto.Y
esto se representa en la Misa cuando el presbítero va de en medio del altar a
la esquina del altar para mostrar que así Jesús Cristo se mudó de la vida
mortal a la inmortal. Y el presbítero muestra el cáliz vacío para mostrar que
el monumento de Cristo fue hallado abierto y vacío. Entonces el diácono pliega
los corporales para mostrar que en el sepulcro fueron encontradas las vendas y
el sudario plegados, etc. (cf. Jn. 20,5-7).
2.- La
Ascensión del Señor
“La
vigésima octava obra que Jesús Cristo hizo en este mundo fue que cuando debía
subir al Cielo, llamando a los Apóstoles, les dijo: Id por todo el mundo y proclamad
la Buena Nueva a toda creatura; diciendo también: El que crea y sea bautizado
se salvará (Mc.16,15-16 y Mt. 28, 19-20). Esto se representa en la Misa cuando
el presbítero dice: “Podéis ir en paz”, dando permiso al pueblo para que
regresen a las casas para cumplir sus deberes, porque se ha completado el
oficio y el sacrificio, como Cristo dio a los Apóstoles el permiso de ir por el
mundo habiendo sido cumplido el sacrifico.”
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“La
vigésimo novena obra que hizo Jesús Cristo en este mundo fue cuando cumplió la
promesa hecha a Pedro y a los Apóstoles, poniendo al bienaventurado Pedro en
posesión real del Papado por estas palabras: Apacienta mis ovejas (Jn. 21, 17).
Entonces fue instituído papa. Y a los otros clérigos les dijo: Recibid el
Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados,… (Jn. 20,22 – 23). Y esto se
representa en la Misa cuando el presbítero al final de la Misa se humilla
inclinando la cabeza ante el altar tanto como puede, diciendo: “Séate agradable,
Trinidad Santa, etc.” Y entonces da gracias besando el altar inclinándose para
mostrar la infinita misericordia con que Él quiso humillarse y qué poder tan
alto tiene -es decir, para perdonar los pecados- que es sólo Dios y ha dado a
los hombres: “¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?” (Mc 2, 7). Y
por eso se inclina, para mostrar que delante de Dios se inclinaría [Jesús Cristo]
por ser hombre pues los hombres no tenían este poder. Consecuentemente besa el
altar reconociendo esta gracia y luego se santigua con la señal de la santa
cruz, para mostrar que por la virtud de la santa cruz vino la absolución, etc..”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“La
vigésima sexta obra que realizó Jesús Cristo en este mundo fue que después de
su gloriosa resurrección se apareció a santa María Magdalena y a los Apóstoles,
pero primero se apareció a la Virgen María. No sólo se apareció él solo, como
ocurrió con santa María Magdalena, sino con todos los santos Patriarcas y Profetas
y otros santos Padres. Y ahora meditad, buena gente, qué consolación debía
tener la Virgen María cuando veía a su gloriosos hijo con aquella multitud de
santos. Todo esto se representa en la Misa cuando el presbítero dice: “El
Señor esté con vosotros”. Y a continuación dice la oración
postcomunión que reprersenta las palabras de consolación que tuvieron nuestro
Salvador Jesús Cristo y su gloriosa Madre, y cómo los santos Padres alababan a
nuestro Salvador y suyo. Y a continuación hacían reverencias
a su Madre diciendo: “Reina del cielo”, terminad de llorar y no tengáis ni tristeza
ni disgusto, etc.
5.- La
Coronación de la Virgen como Reina y Señora de todo lo Creado.
“La
trigésima obra que hizo Jesús Cristo en este mundo fue cuando se apareció a su
gloriosa Madre y a los Apóstoles y les bendijo también a los cristianos hombres
y mujeres. Y por eso dice el bienaventurado Lucas: Alzando sus manos, los bendijo…
y fue llevado al cielo (Lc. 24, 50). Entonces decía la Virgen María, llorando:
“¡Oh,
hijo mío! ¿no voy contigo? ¿Me dejas aquí entre los judíos?”. De la misma manera
los Apóstoles lloraban, diciendo: “¡Señor! y ¿cuándo te volveremos a ver, y cuando
regresarás?”. Y entonces, he aquí que Cristo dio la bendición y subió al cielo,
de donde había salido. Y esto se representa en la Misa, cuando el presbítero,
dada la bendición, regresaa la sacristía, de donde había salido.”