“ANGEL”. Reflexión diaria acerca de la Palabra
de Dios.
A lo largo de la sagrada escritura descubrimos la
existencia de los ángeles: seres personal, sin cuerpo, espíritu purísimos que
Dios ha creado para su servicio y servicio del hombre.
Ángel es aquel que es enviado, mensajero. Se aplica
también a los hombres cuando se hacen portadores de un mensaje, ya sea un
profeta, un sacerdote o incluso el Siervo de Yaveh.
LA expresión Ángel del Señor se refiere a Dios mismo
que puede tomar forma aparente para ser percibido por los hombres. Pensemos en
los tres ángeles que visitan a Abraham. Esa expresión se mantiene en el Canon
Romano cuando se pide a Dios que este sacrificio se llevado a su presencia por
su santo ángel, que es el mismo Jesucristo.
Dios en el cielo está rodeado de toda la corte
celestial: de ahí la expresión Domimnus Sabahot –Dios de los ejércitos- que
recitamos en el Sanctus de la misa. Los ejércitos de los ángeles tienen la
misión de cantar la gloria de Dios, de llevar mensajes a los seres humanos, de
interpretar los sueños. Ya en el antiguo testamento aparecen tres nombres
personal para designar tres ángeles: Miguel, Rafael y Gabriel.
En el Nuevo Testamento los ángeles están muy presentes:
desde la anunciación a Zacarías, a la Virgen, a San José, a los pastores… los
ángel cantan en la navidad… sirven a Jesús en el desierto, lo consuelan el
Huerto de los olivos… También estarán presentes en la Iglesia naciente, como
cuando el ángel libera a san Pedro de la cárcel.
Los ángeles, según Hb 1, 14, son espíritus
encargados de un ministerio, enviados para el servicio de los que han de
heredar la salvación.
Para nuestra vida de fe: renovar la conciencia de
su existencia y sobre todo avivar nuestra relación con el ángel de la guarda.
Recordar así mismo que el mundo sobrenatural existe –el materialismo lo niega-
y se hace presente en nuestro día a día. La prueba de los ángeles fue de una
vez para siempre, en cambio, Dios a nosotros nos concede cada día para que en
libertad exclamemos como Miguel: Quién como Dios.