Salve, oh Virgen Madre de Dios llena de gracia,
porque de Tí resplandeció el Sol de Justicia, Cristo Dios nuestro;
iluminando a los que están en las tinieblas.
Alégrate y regocíjate, oh justo anciano,
llevando en tus brazos al libertador de nuestras almas.
ss, y el que nos concede la resurrección.