domingo, 3 de enero de 2016

ES EL SALVADOR POR NATURALEZA


Homilía de maitines

EL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Homilía de san Bernardo, abad
¡Grande y admirable misterio! El niño es circuncidado y recibe el Nombre de Jesús. ¿Qué significa esta relación? La circuncisión parece más bien instituida para el que debe ser salvo y no para el que salva… Reconozcamos aquí al Mediador entre Dios y los hombres. A partir de su Encarnación, une en su Persona las cosas humanas con las cosas divinas, las de abajo con las de lo alto. Nace de una mujer, pero de una mujer en quien el fruto de la fecundidad no hace perder la flor de la virginidad; es envuelto en pañales, pero estos sencillos lienzos son el objeto de la veneración de los Ángeles; se le recuesta en un Pesebre, pero es anunciado por una estrella que brilla en los cielos. Al mismo tiempo que la circuncisión prueba que verdaderamente asumió la naturaleza humana, el Nombre que recibe es un Nombre que está por sobre todo otro nombre, e indica su gloria y su majestad. Es circuncidado como verdadero hijo de Abraham, y se le nombra Jesús como verdadero Hijo de Dios.
Pero este Jesús no recibe, como los otros que se llamaron Jesús antes que Él, un nombre insignificante y trivial; este gran Nombre no es más una sombra y figura, expresa la verdad: el Niño que acaba de nacer es el Salvador del mundo, os ha nacido el Salvador, dijo el Ángel a los Pastores. Por otra parte, el Evangelista nos enseña que este Nombre fue traído del cielo, como le había llamado el Ángel Gabriel antes de ser concebido en el seno materno… Observad qué profunda palabra. Es después de haber nacido que es llamado por los hombres con el nombre de Jesús, que le había sido dado por el Ángel antes de ser concebido. Y la razón es porque es el Salvador de los Ángeles, así como lo es de los hombres… De los Ángeles, desde el principio de la creación; y de los hombres desde su Encarnación.
Pusiéronle el Nombre de Jesús… es el Nombre que el Ángel le había dado. Pero no es sin una buena razón que el Niño que nació para nosotros recibió el nombre de Salvador en su Circuncisión. En efecto, esperando poder derramar su Sangre por nosotros sobre la Cruz, comienza a operar hoy nuestra salvación. No es necesario que un cristiano se pregunte por qué Nuestro Señor Jesucristo quiso ser circuncidado; ya que la razón que lo hizo someterse a la ley de Moisés es la misma por la cual nació y por la cual sufrió. El Evangelista precisa que se le llamó Jesús, como le había llamado el Ángel Gabriel antes de ser concebido en el seno materno… No se le impuso, ya que le pertenece desde toda eternidad. Es el Salvador por naturaleza, y este nombre es innato en Él, y no le es dado por un hombre o por un Ángel.