JAMÁS EL
MUNDO ENSALZA
Jamás
el mundo ensalza sino para humillar, si son hijos de Dios los ensalzados. Yo
solía afligirme mucho de ver tanta ceguedad en estas alabanzas y ya me río como
si oyese hablar a un loco. Acordaos de vuestros pecados y si en alguna cosa os
dicen la verdad, advertid que no es vuestro y que estáis obligadas a servir más
(Mdt C 2, 14).