EL VERDADERO AMOR DE DIOS
Es amor sin ningún interés propio; todo lo
que desea y quiere es ver rica aquella alma de bienes del cielo. En fin, es
amor que se va asemejando al que nos tuvo. Este merece el nombre de amor, no
estos amorcitos desordenados y falsos del mundo, de los cuales Dios nos libre
(C 7, 1).