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DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA
EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En aquel tiempo: Dijo Jesús a ciertos hombres que
presumían de justos y despreciaban a los demás esta parábola: Dos hombres
subieron al templo para orar, uno fariseo y otro publicano. El fariseo, en pie,
oraba en su interior de esta manera: ¡Dios!, gracias te doy porque no soy como
los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; o como este publicano. Ayuno
dos veces por semana; pago los diezmos de cuanto poseo. El publicano, puesto
allá lejos, ni se atrevía a levantar los ojos al cielo; se golpeaba el pecho
diciendo: ¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador! Os digo que éste
volvió justificado a su casa, mas no el otro; porque todo el que se ensalza
será humillado, y el que se humilla será ensalzado.
Lc.18, 9-14