Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: Se
hace hoy memoria de san Ignacio de Loyola, presbítero, quien, nacido en el País Vasco, en
España, pasó la primera parte de su vida en la corte como paje del contador
mayor hasta que, herido gravemente, se convirtió. Completó los estudios
teológicos en París y conquistó sus primeros compañeros, con los que más tarde
fundaría en Roma la Compañía de Jesús, ciudad en la que ejerció un fructuoso
ministerio escribiendo varias obras y formando a sus discípulos, todo para
mayor gloria de Dios (1556).
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración
de Jesús en el Huerto
“Pedir
lo que quiero, lo apropiado en la Pasión: dolor con Cristo doloroso, quebranto
con Cristo quebrantado, lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó
por mí.”
2. La
flagelación de Jesús atado a la columna.
“Las
penitencias externas principalmente se hacen por tres efectos: el primero, por
satisfacer los pecados pasados; 2.º, por
vencerse a sí mismo, es a saber, para que los sentidos obedezcan a la razón, y
el instinto esté más sujeto a las facultades superiores de la persona; 3.º,
para buscar y hallar alguna gracia o don que la persona quiere y desea, como si
desea tener interna la contrición de sus pecados, o llorar mucho sobre ellos o
sobre las penas y dolores que Cristo nuestro Señor pasaba en su Pasión, o por
su solución de alguna duda en que la persona se halla.”
3. La
coronación de espinas
“Si
es de la Pasión, pedir pena, lágrimas y tormento con Cristo atormentado. Aquí
será pedir vergüenza y confusión de mí mismo, viendo cuántos han sido
condenados por un solo pecado mortal, y cuántas veces yo merecía ser condenado
para siempre por tantos pecados míos.”
4. Nuestro
Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El
amor se ha de poner más en las obras que en las palabras.”
5. La
crucifixión y muerte del Señor
“Imaginando
a Cristo nuestro Señor delante y puesto en cruz, hacer un coloquio,
considerando cómo de Criador ha venido a hacerse hombre, y de vida eterna a
muerte temporal, y así a morir por mis pecados. Otro tanto mirando a mí mismo
considerando lo que he hecho por Cristo, lo que hago por Cristo, lo que debo
hacer por Cristo; y al fin, viéndole de esa manera y colgado así en la cruz,
dejar correr el afecto, expresando lo que se ofreciere.”