El pasado viernes 27 de febrero, un grupo de fieles de la Iglesia del Salvador, peregrinaba a Ávila con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús. El primer acto en la ciudad teresiana fue la Santa Misa en la Casa Natal de la Santa, donde actualmente está el Convento de PP. Carmelitas. Tras la santa Misa, los fieles venerar el lugar de la habitación donde ella nació. Al terminar nos dirigimos a la Iglesia de San Juan Bautista donde fue bautizada y allí renovamos nuestras promesas bautismales. Antes de la comida, se pudo visitar la Catedral de Ávila y sus maravillosas salas de museo donde se conservan gran cantidad de obras de arte: testimonio del amor y de la delicadeza para con Dios.
Tras la comida se pudo visitar el Monasterio de la Encarnación -donde visitamos su museo y la Iglesia donde recibió la gracia de la Transverberación y llegados a la Hospedería del Seminario de Ávila, se expuso el Santísimo, breve meditación, tiempo de confesiones y Viacrucis con textos de la Santa Madre.
Tras la cena, rezamos el Santo Rosario meditado en comunidad.
Tras la comida se pudo visitar el Monasterio de la Encarnación -donde visitamos su museo y la Iglesia donde recibió la gracia de la Transverberación y llegados a la Hospedería del Seminario de Ávila, se expuso el Santísimo, breve meditación, tiempo de confesiones y Viacrucis con textos de la Santa Madre.
Tras la cena, rezamos el Santo Rosario meditado en comunidad.
Nuestro agradecimiento a todas las personas que nos acogieron en los distintos lugares e hicieron más agradable nuestra visita. Las fotos son gentileza de Dña. Ana María Galvez.
Las meditaciones de este día fueron las siguientes:
1º Fin y vocación del hombre. Para vos nací que mandáis hacer de mí.
2º El pecado y su remedio: la penitencia. ¡Oh, que no entendemos que el pecado es una guerra campal contra Dios de todos nuestros sentidos y potencias del alma!
3º Cristo, medico divino. "No deje la oración, que allí se dará cuenta de lo que hace y ganará del Señor arrepentimiento y fortaleza para levantarse."
Las meditaciones de este día fueron las siguientes:
1º Fin y vocación del hombre. Para vos nací que mandáis hacer de mí.
2º El pecado y su remedio: la penitencia. ¡Oh, que no entendemos que el pecado es una guerra campal contra Dios de todos nuestros sentidos y potencias del alma!
3º Cristo, medico divino. "No deje la oración, que allí se dará cuenta de lo que hace y ganará del Señor arrepentimiento y fortaleza para levantarse."
