CONSIDERAR
LO QUE LE DEBEMOS
Pues si nunca le
miramos ni consideramos lo que le debemos y la muerte que pasó por nosotros, no
se cómo le podemos conocer ni hacer obras en su servicio. Porque la fe sin
obras y sin estar entroncadas en los méritos de Jesu, bien nuestro, ¿qué valor
puede tener ni quién nos despertará a amar a este Señor? (II M 1, 12).