La
paz interior y la poca fuerza que tienen los contentos o las tristezas para
poder quitar por largo tiempo esta presencia tan cierta de las tres Personas,
hacen que aparezca claro que se experimenta lo que dice san Juan, "que
haría morada en el alma"; esto no sólo por gracia, sino porque quiere
hacer sentir esta presencia que trae tantos bienes que no se pueden decir,
especialmente que no es menester buscar argumentos para conocer que está allí
Dios. Esto es casi permanente en mí, de no ser que apriete mucho la enfermedad;
pues algunas veces parece que quiere Dios que se padezca sin consuelo interior,
mas nunca, ni instintivamente, se rebela mi voluntad a la de Dios (Cc 66ª, 10).