MONICIÓN INICIAL: Jesús es el “Hijo del hombre”
anunciado en el Antiguo Testamento. Él es hombre verdadero, nacido de una mujer, la Virgen
María, la Inmaculada, la Sin pecado, la Toda Santa. Al contemplar los misterios
gozosos en esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de María contemplamos
como el Dios eterno se hace hombre y aparece en el mundo en la humildad de nuestra
condición para librarnos del poder del pecado. La Virgen María, en su
Inmaculada Concepción, es la primera
beneficiada de su victoria en virtud de que iba a ser su Madre.
Pidamos especialmente por España, que se goza de tener por patrona a la Inmaculada, para que todo los ámbitos de la sociedad se busque la gloria de Dios.
1 Misterio – La Anunciación
La
Virgen Inmaculada aguarda con fe viva y esperanza ardiente al Salvador. No
tiene apego alguno al pecado, ni tampoco a nada de lo terreno. Ella es la pobre
por excelencia que todo lo espera de su Dios. ¿En quién esperas tú?
2 Misterio – La Visitación
La
Virgen Inmaculada, la más humilde y hermosa de las criaturas, la bendita entre
las mujeres entona su cántico al Señor: Proclama mi alma la grandeza del Señor.
Todo, todo es obra de Dios.
3 Misterio – El Nacimiento
de Jesús
Era
necesario que la Virgen María fuese inmaculada para dar a luz a Aquel que sería
semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. Ella es la nueva Eva, Madre
de la nueva humanidad. Si queremos que Jesús nazca en nosotros, hemos de
desapegarnos de todo afecto al pecado.
4 Misterio – La Presentación
y Purificación
La
Virgen Inmaculada va al templo a cumplir con la ley de Moisés. Ella es toda de
Dios y se entrega totalmente a él, siempre, en todo momento y circunstancia,
sin medida.
5 Misterio – El Niño Jesús
perdido y hallado en el templo
La
Virgen Inmaculada conserva todas las cosas y las medita en su corazón. Es
bienaventurada porque ha llevado en su seno y ha alimentado al Hijo de Dios, al
Creador del mundo, y es bienaventurada porque ha escuchado su Palabra y la ha puesto
en práctica.
Después de las letanías,
puede decirse la oración de esta fiesta:
Oh
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo
una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo
pecado, concédenos por su intercesión llegar a Él limpios de todas nuestras
culpas. Lo pedimos, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.