miércoles, 30 de abril de 2025

DÍA 1. PREDESTINACIÓN DE MARÍA. MES DE MAYO

Día 1

PREDESTINACIÓN DE LA VIRGEN

 

MES

de María,

o

EL MES DE MAYO

Consagrado a las glorias

de la Virgen Santísima.

 

EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS

 

Por la señal de la santa cruz…

 

Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:

 

ORACION DE SAN BERNARDO.

Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.

DÍA 1

PREDESTINACION DE LA VIRGEN SANTÍSIMA.

ORACIÓN

¡Oh divina Madre de Jesús! yo tiemblo todas las veces que pienso en el misterio impenetrable de la predestinación, y que leo en el sagrado Evangelio, que es pequeño el número de los escogidos. Pero me alienta y me llena de una dulce confianza la idea de que, en sentir de los santos Padres una tierna y sincera devoción a vos es una prenda casi cierta de salvación, y una de las señales menos equívocas de predestinación. Oh dulcísima Madre mía, me parece que os amo, que tengo en vos una grande confianza, y que siento un verdadero deseo de serviros y de honraros por todos los medios que dependen de mí. Los piadosos sentimientos que habéis puesto en mi corazón son ya para mí un anuncio de mi felicidad eterna y si los conservo fielmente, puedo esperar que seré del número de los escogidos, y que con el favor de vuestra protección maternal alcanzaré el cielo, para el que he sido criado. Pero ¡Ay! vos conocéis mi flaqueza y mis inconstancias, no permitáis que tenga la desgracia de dejar debilitar en mi alma los sentimientos, que me animan en vuestro favor. Hacedme la gracia de que os sea siempre fiel, y que hasta el último aliento de mi vida no cese jamás de honraros, serviros, invocaros, y amaros a fin de que pueda reunirme con vos en la patria celestial. Amen

 

FLOR ESPIRITUAL PARA ESTE DÍA

Oír misa arrodillado y, con los ojos bajos en sufragio de las almas del purgatorio que fueron devotas de María.

 

OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL

¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis  con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:

 

DEPRECACIONES

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.

Ave Maria, gratia plena

Dominus tecum

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amén.

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.

Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.

Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.

 

Salve, Regina, Mater misericordiae.

Vita, dulcedo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

INDULGENCIAS

El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la  Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.

 

Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.

Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

1 DE MAYO. SAN JOSÉ OBRERO

 


01 DE MAYO

SAN JOSÉ OBRERO

A instauración de la festividad en honor de San José Obrero es una reivindicación de la ley santa del trabajo, impuesta por Dios al hombre como medio de ganar el sustento del cuerpo y lograr la santificación del alma. La nueva fiesta en honor del Santo Patriarca es un himno grandioso al trabajo fielmente cumplido.

Sabemos que el trabajo, cuando se realiza coa cristiana resignación, es fuente de bienestar. Lleva sello de redención, no de maldición, como proclaman los enemigos de la Iglesia. El trabajo es ley impuesta por Dios al hombre como medio de conseguir la patria feliz que perdió por el pecado. Pío XI, de feliz memoria, en su inmortal encíclica Quadragésimo Anno dice: «Según la doctrina cristiana, el hombre, dotado de naturaleza social, ha sido puesto en la Tierra para que, viviendo en sociedad y bajo una autoridad ordenada por Dios, cultive y desarrolle plenamente sus facultades a gloria y alabanza de su Criador; y cumpliendo fielmente los deberes de su profesión o de su vocación, sea cual fuere, logre la felicidad temporal y la eterna».

Considerado el trabajo a través del prisma de estas palabras luminosas del gran Pío XI, cuán fácil y hacedero resulta; pero, desgraciadamente, una inmensa muchedumbre de hombres, aun cristianos, ofuscados por las perversas doctrinas del comunismo ateo, sin esperanza consoladora en un trasmundo, y viendo en el patrono sólo al amo cruel y déspota, maldice del trabajo, se sustrae a él, rompiendo la armonía del sublime himno que la Creación entera eleva al Creador.

El trabajo, merced a la predicación de nefarias doctrinas, ha dejado de ser para la inmensa mayoría de los obreros medio de redención y bienestar. Resulta para ellos una carga impuesta por la Sociedad injusta y despiadada. De ahí el odio y sed de venganza que respiran en su corazón. A tan triste estado los han conducido los nuevos redentores de la paz social. Con sus doctrinas del más grosero materialismo han matado en las almas de las masas proletarias la fe en una vida ultraterrena, han inoculado en su corazón un odio feroz contra quien siembra la luz de la verdad: la Iglesia, amparadora —según ellos— de los capitalistas y despreciadora de las clases sin fortuna. Las doctrinas del judío Marx y de los sin dios, han levantado una muralla de odios entre el patrón y el obrero.

La Iglesia, Madre de todos, sin distinción -de clases ni de razas, ha clamado por la paz y concordia, ha propuesto las fórmulas que pueden solucionar el grave conflicto. Ahí están, por ejemplo, las luminosas consignas de León XIII en su nunca bastante ponderada encíclica Rerum Novarum, la no menos memorable de Pío XI, Quadragésimo Anno, y los discursos y mensajes de Pío XII propugnando por la inteligencia y armonía de las clases sociales, por el cese de odios, y por la unión fraterna cual conviene a quienes son hijos de un mismo Padre.

Memorable fue en este sentido de concordia social, el discurso que el Papa pronunció el primero de mayo de 1955 ante ciento cincuenta mil trabajadores congregados en la plaza de San Pedro. De aquel importantísimo discurso son las siguientes palabras: «Aquí, en este día 1.0 de mayo, que el mundo del trabajo se ha adjudicado como fiesta propia, Nos, Vicario de Jesucristo, queremos afirmar de nuevo solemnemente este deber y compromiso con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo, y que ella inspire la vida social y las leyes fundadas sobre la equitativa repartición de derechos y deberes». Y añade el Papa:

«Tomado en este sentido por los obreros cristianos, el uno de mayo recibirá así, en cierto modo, su consagración cristiana, y lejos de ser fomento de discordias, de odios y de violencias, es y será una invitación constante a la sociedad moderna a completar lo que aún falta a la paz social. Fiesta cristiana, por tanto, es decir, día de júbilo para el triunfo concreto y progresivo de los ideales cristianos de la gran familia del trabajo.

»Y a fin de que os quede grabado este significado, y en cierta manera para corresponder inmediatamente a los numerosos dones que Nos habéis traído de todas las regiones de Italia, Nos place anunciaros nuestra determinación de instituir, como de hecho lo hacemos, la fiesta litúrgica de San José Obrero, señalando para ella precisamente el 1.0 de mayo, porque el humilde obrero de Nazaret no sólo encarna delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sino que es también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias».

Ya tienen, pues, los obreros el ejemplar magnífico en que aprender a sobrellevar con resignación y amor la dura ley del trabajo. En el humilde carpintero de Nazaret se les ofrece un perfectísimo modelo de laboriosidad, de resignación, de conformidad con la voluntad de Dios, de todo. San José fue obrero, y obrero pobre, y más pobre que muchos obreros que maldicen de su suerte. San José —«varón justo»— trabaja por necesidad todo el día; pequeña era su casa, frugal el sustento, modestas pero limpias sus ropas, tosco el calzado, incómodo el lecho para las breves horas del descanso. Y en medio de tantas privaciones y austeridades, jamás perdió el sosiego de su alma. Siempre tranquilo y resignado con la voluntad santa de Dios...

martes, 29 de abril de 2025

DÍA DE PREPARACIÓN. MES DE MARÍA

MES

de María,

o

EL MES DE MAYO

Consagrado a las glorias

de la Virgen Santísima.

 

EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS

 

Por la señal de la santa cruz…

 

Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:

 

ORACION DE SAN BERNARDO.

Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.

 

PARA LA VIGILIA

DEL PRIMER DÍA DE MAYO.

ORACIÓN

 

Reina del cielo y de la tierra, María madre de Dios, y soberana mía, yo aunque indigno de parecer ante vuestra presencia, quiero no obstante postrarme a vuestros pies para ofreceros las primicias de este dichoso mes consagrado a vuestro culto. ¡Ah! Santísima y amabilísima Madre mía, desde el elevado trono de vuestra gloria dignaos echar sobre mí una de aquellas miradas de bondad, que forman la alegría del paraíso. Haced resonar en mi corazón una de aquellas palabras de salud, cuya dulzura encantadora arrebata a todos los que las oyen. ¡Oh misericordiosísima María! yo soy, es verdad, el último de vuestros servidores, pero yo quiero ser uno de aquellos que os visitarán con más fidelidad y constancia en este mes de bendición y de gracia. Sí, divina Madre mía, yo os visitaré con la frecuencia posible, yo vendré todos los días al pie de vuestro altar a bendeciros, a alabaros y a manifestaros mi amor. Y yo tengo una dulce confianza de que vuestro corazón de Madre, este corazón tan bueno, tan tierno y tan compasivo, no será insensible a lo que yo deseo hacer en vuestro obsequio, y que me favoreceréis con vuestra poderosa protección durante este mes, en todo el curso de mi vida, y sobre todo en la hora de mi muerte. Amen.

 

FLOR ESPIRITUAL PARA ESTE DÍA

Visitar al santísimo Sacramento por espacio de un cuarto de hora.

 

OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL

¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis  con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:

 

DEPRECACIONES

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.

Ave Maria, gratia plena

Dominus tecum

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amén.

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.

Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.

Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.

 

Salve, Regina, Mater misericordiae.

Vita, dulcedo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

 

 

INDULGENCIAS

El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la  Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.

 

Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.

Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.