jueves, 31 de diciembre de 2015

ROSARIO PARA EL FIN DE AÑO


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Al contemplar tu bautismo en el Jordán, te alabamos y te damos gracias por habernos llamado a la fe por el Bautismo, te pedimos perdón por nuestras infidelidades a nuestra vocación cristiana y renovando nuestras promesas bautismales te pedimos que en este nuevo año crezca y florezca en nosotros la vida de la gracia.
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Al contemplar el milagro de Caná, te alabamos y damos gracias por tantos beneficios recibidos de tu mano generosa y providente a lo largo de este año, te pedimos perdón por haber rechazado tus dones y gracias y no haber usado debidamente de los bienes que nos regalas, y reconociendo que sin ti nada somos te pedimos que conviertas el agua de nuestra vida en vino nuevo. 
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Al contemplar tu invitación a la conversión, te alabamos y damos gracias por todas las oportunidades que en el Sacramento de la Penitencia nos has dado de enmendarnos y volvernos hacia ti, te pedimos perdón por nuestra poca resolución de cambiar de vida y por  la falta de constancia en los buenos propósitos; y confesando tu misericordia te pedimos que en este nuevo año nos concedas la fortaleza para alejarnos de las ocasiones de ofenderte.  
4.-La Transfiguración del Señor
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Al contemplar el misterio de tu transfiguración, te alabamos y damos gracias por todas las gracias sensibles de tu amor que hemos recibido, te pedimos perdón por nuestras cobardías y búsquedas de lo más fácil y cómodo; y sabiendo que es necesario subir a Jerusalén, te pedimos que este nuevo año nos des la fortaleza de aceptar con espíritu de fe la pruebas y cruces que quieras enviarnos.
5.- La institución de la Eucaristía
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Al contemplar el Sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre, te adoramos, alabamos y damos gracias por haberte quedado en medio de nosotros en la Eucaristía y ser nuestro pan –alimento de vida- cada día; te pedimos perdón por todas las veces que nos hemos olvidado de tu presencia, que no te hemos adorado debidamente y que te hemos recibido sin las debidas disposiciones; y confesado tu presencia verdadera, sustancia y real en el Santísimo Sacramento te pedimos que cada comunión nos haga crecer en el amor a ti y al prójimo.

SENCILLA MEDITACIÓN PARA FIN DE AÑO


SENCILLA MEDITACIÓN PARA FIN DE AÑO

LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIASTÉS 3, 1-9


Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:
Su tiempo el nacer,
y su tiempo el morir;
su tiempo el plantar,
y su tiempo el arrancar lo plantado.
Su tiempo el matar,
y su tiempo el sanar;
su tiempo el destruir,
y su tiempo el edificar.
Su tiempo el llorar,
y su tiempo el reír;
su tiempo el lamentarse,
y su tiempo el danzar.
Su tiempo el lanzar piedras,
y su tiempo el recogerlas;
su tiempo el abrazarse,
y su tiempo el separarse.
Su tiempo el buscar,
y su tiempo el perder;
su tiempo el guardar,
y su tiempo el tirar.
Su tiempo el rasgar,
y su tiempo el coser;
su tiempo el callar,
y su tiempo el hablar.
Su tiempo el amar,
y su tiempo el odiar;
su tiempo la guerra,
y su tiempo la paz.
¿Qué gana el que trabaja con fatiga? 



PUNTOS PARA LA MEDITACIÓN
1).-Termina un año más de tu existencia. Dios te ha dado la vida, condicionada por dos coordenadas de las que nadie se puede evadir: tiempo y espacio. Tu vida, tu hoy, tu presente, el lugar donde vives, con las circunstancias sociales, económicas, familiares y laborales, con tu vida de relación… es el lugar y el tiempo que Dios ha querido para ti, para que realices aquello para lo que te ha creado: conocerlo, amarlo y servirlo.
No tienes otro tiempo, no tiene otro espacio… es este, hoy, ahora. El pasado se fue, el futuro no sabes si lo tendrás, solo tienes el hoy… No sabes si vas a durar veinte años más o si mañana ya no abrirás los ojos. “CARPE DIEM”. ¡Aprovéchalo! ¡No dejes pasar la oportunidad que Dios te brinda para conocerlo, amarlo y servirlo!
Dios te ha dado la vida para aprovecharla, para ponerte de su parte o para rechazarlo, para escogerlo a él o hacer tu vida a tu manera, para ser santo o para condenarte para siempre.
Para el cristiano el tiempo es más que oro: en él se juega nuestra felicidad, nuestra eternidad.
2).-Fin de año: corazón agradecido. Un año lleno de gracias espirituales y materiales. Piensa en ellas, en las veces que has participado en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía y en la Penitencia, en todas las veces que el Señor te ha dado fuerza para superar las tentaciones, también los sufrimientos, la enfermedad, los problemas… Por todos los momentos de oración, de intimidad con el Señor, de gozo espiritual… Da gracias por toda los bienes recibidos durante este año: por tu pertenencia a la Iglesia,  por haber recibido su enseñanza, por el nuevo Papa, por el bien recibido por los sacerdotes y los consagrados, por el bien que nos han hecho los hermanos de la comunidad, del grupo o de la parroquia… Da gracias por la salud, el pan de cada día, el trabajo… Gracias por la familia, por los amigos, por el amor, el cariño, el apoyo y la ayuda de los que te quieren… Da gracias…  También por las dificultades, que sin duda, Dios la permite para fortalecer tu fe. También gracias por los deseos y anhelos de santidad, de conversión, de penitencia…. Da gracias…
3).- Fin de año: corazón arrepentido.  Párate, reflexiona, haz examen de conciencia. Piensa en tu vida…  Reconoce que has pecado, que nos ha luchado con todas tus fuerzas, que has sido débil y perezoso… que te has dejado llevar por tus pasiones, malos sentimientos y deseos… Que nos has llegado a la sangre en la lucha contra el pecado… Pide perdón por todo ello, por los pecados cometidos durante este año de palabra, de obra, de pensamiento… Recuérdalos, te ayudarán a tener un verdadero dolor por haber ofendido al Señor…  Pide perdón también por todo el bien que has dejado de hacer por tu pereza o desidia, por desánimo o tu falta de entusiasmo…
Pide perdón también por aquellos pecados que has cometido y no te das cuenta, pero ofenden igualmente al buen Dios. Pide perdón por los pecados más graves: la falta de caridad hacia el prójimo. “Quien dice que ama a Dios y aborrece a su hermano es un mentiroso”…
4).-Fin de año: corazón necesitado. Un año termina y otro empieza. Ahora es el tiempo de nuestra salvación. Pide, sí, pide. Reconócete necesitado de ayuda, que no eres autosuficiente, que si falta Dios en tu vida eres pobre, muy pobre, paupérrimo. Pide gracias, pide bendiciones, pide ayuda para ti, para los tuyos, para la Iglesia, para todos los hombres de buena voluntad, para todo el mundo, para los pobres pecadores… En la medida en que somos conscientes de nuestra mendicidad, crece nuestra conciencia de que no podemos vivir sin Dios.

ORACIÓN DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS
Mi cántico de hoy


Mi vida es un instante, una efímera hora,
mi vida es sólo un día volandero y fugaz :
Tú lo sabes, Dios mío, ¡para amarte aquí abajo
no tengo más que hoy !
¡Oh, Jesús, yo te amo, hacia ti mi alma tiende,
sé por un solo día mi dulce protección,
ven y reina en mi pecho y dame tu sonrisa
¡nada más que por hoy !
¿Qué me importa que en sombras esté envuelto el futuro ?
¡Nada puedo pedirte para mañana, oh Dios… !
Conserva mi alma pura, cúbreme con tu sombra
¡nada más que por hoy !
Si pienso en el mañana, me asusta mi inconstancia,
siento nacer tristeza, tedio en mi corazón.
Mas yo acepto, Dios mío, la prueba, el sufrimiento
¡nada más que por hoy !
¡Oh Piloto divino, cuya mano me guía !,
en la ribera eterna pronto te veré yo.
Sobre las fieras olas guía en paz mi barquilla
¡nada más que por hoy !
¡Ah, déjame, Señor, esconderme en tu Faz !
allí no oiré del mundo el inútil fragor.
Dame tu amor, Señor, consérvame en tu gracia
¡nada más que por hoy !
Muy cerca de tu pecho, olvidada de todo,
ya no temo los miedos de la noche, mi Dios.
En tu amplio corazón dame un sitio , Jesús,
¡nada más que por hoy !
Pan vivo, Pan del cielo, divina Eucaristía,
¡oh misterio sagrado, regalo de tu amor !…
ven a habitar mi alma, Jesús, mi blanca Hostia,
¡nada más que por hoy !
Dígnate unirme a ti, Viña santa y sagrada,
y mi débil sarmiento dará fruto en sazón,
y yo podré ofrecerte mi racimo dorado, Señor, ¡ya desde hoy !
Es de amor el racimo, sus granos son las almas ;
para brotarlo, un día tengo que huye veloz.
¡Ay, dame, Jesús mío, el fuego de un apóstol
¡ nada más que por hoy !
¡Virgen Inmaculada, tú eres mi dulce Estrella
que irradias a Jesús y haces con Él mi unión !
Déjame, Madre buena, posar bajo tu manto
¡nada más que por hoy !
¡Santo ángel de mi guarda, cúbreme con tus alas,
que iluminen tus fuegos mi peregrinación !
Ven y guía mis pasos…, te suplico me ayudes
¡nada más que por hoy !
Señor, verte deseo sin velos y sin nubes,
mas, aún exiliada, ¡sin ti que débil soy !
Que tu adorable rostro tan solo se me oculte
¡nada más que por hoy !
Yo volaré muy pronto para ensalzar tus glorias
cuando el día sin noche se abra a mi corazón.
Entonces cantaré con las liras angélicas

¡el sempiterno hoy… !

LA IGLESIA Y EL CRISTIANO, LA HISTORIA Y EL MUNDO. REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 18-19)


LA IGLESIA Y EL CRISTIANO, LA HISTORIA Y EL MUNDO.
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 18-19)
18 La Iglesia camina junto a toda la humanidad por los senderos de la historia. 
19 La Iglesia, signo en la historia del amor de Dios por los hombres y de la vocación de todo el género humano a la unidad en la filiación del único Padre,21 con este documento sobre su doctrina social busca también proponer a todos los hombres un humanismo a la altura del designio de amor de Dios sobre la historia, un humanismo integral y solidario.
La relación de la Iglesia –de nosotros mismos que formamos parte de ella- con el mundo hemos de entenderla bajo diversos aspectos:
1.La Iglesia como realidad sobrenatural sobrepasa y está por encima del tiempo y de las circunstancias históricas, pero al mismo tiempo la Iglesia nace, crece y se realiza a la par que la historia de los hombres y mujeres concretos que la forman. No podemos vivir en la Iglesia “fuera” del mundo que nos toca vivir. No podemos dejarnos llevar por la tentación de aislarnos, de encerrarnos en nuestros propios grupos y ambientes cómodos, donde nos sentimos bien, haciendo una iglesia “burbuja”. Es en este mundo actual, donde nosotros estamos llamados a vivir nuestra vocación cristiana siendo sal y luz.
2. El mundo se convierte así en lugar de nuestra misión cristiana, en el campo donde hemos de sembrar la palabra de Dios. “Id al mundo entero” es el mandato del Señor. La misión ad gentes es una misión inexcusable para la Iglesia y para cada cristiano. Hay que salvar almas, hay que llevar a Jesucristo a todos, TODOS LOS HOMBRES, pues todos están llamados a la salvación. Si no somos misioneros, es que nos falta fe en Jesucristo y amor a nuestros hermanos.
3. Pero el mundo también hemos de contemplarlo como el reino del pecado. Lo enumeramos entre los enemigos del alma. Es necesario recordar que “estamos en el mundo, pero no somos del mundo.” Hemos de ir a él y vivir en él, pero no podemos dejarnos transformar, convertir y convencer por sus modos de pensamientos y formas de vida, tan contrarios al Evangelio. Hemos de huir de la mundanidad: de ese espíritu contrario a Dios y a su reino.
La Iglesia con su Doctrina Social quiere contribuir a la construcción de un mundo mejor y más solidario, un mundo según el proyecto de Dios. Y aunque no podemos ser ingenuos, no hemos de dejar que nos roben la esperanza por poder construirlo. 

TÚ, ADORADO NIÑO DE BELÉN. Suplica y oración al Niño Dios. S.S. Juan Pablo II

TÚ, ADORADO NIÑO DE BELÉN. 
Suplica y oración al Niño Dios de S.S. Juan Pablo II
Supliquemos a Cristo el don de la paz
para cuantos sufren a causa de conflictos, antiguos y nuevos.
¡Que nadie deje de esperar
en el poder del amor de Dios!
Que Cristo sea luz y sustento
de quien, a veces contracorriente, cree y actúa
en favor del encuentro, del diálogo, de la cooperación
entre las culturas y las religiones.
Que Cristo guíe en la paz los pasos
de quien se afana incansablemente
por el progreso de la ciencia y la técnica.
Que nunca se usen estos grandes dones de Dios
contra el respeto y la promoción de la dignidad humana.
¡Que jamás se utilice el nombre santo de Dios
para corroborar el odio!
¡Que jamás se haga de Él motivo de intolerancia y violencia!
Que el dulce rostro del Niño de Belén
recuerde a todos que tenemos un único Padre.
"Christus est pax nostra!"
Hermanos y hermanas que me escucháis,
abrid el corazón a este mensaje de paz,
abridlo a Cristo, Hijo de la Virgen María,
a Aquel que se ha hecho "nuestra paz".
Abridlo a Él, que nada nos quita
si no es el pecado,
y nos da en cambio
plenitud de humanidad y de alegría.

Tú, adorado Niño de Belén,
lleva la paz a cada familia y ciudad,
a cada nación y continente.
¡Ven, Dios hecho hombre!
¡Ven a ser el corazón del mundo renovado por el amor!
¡Ven especialmente allí donde más peligra
la suerte de la humanidad!
¡Ven, y no tardes!
¡Tú eres "nuestra paz"! (Ef 2,14).

25 de diciembre de 2001

miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON EL BEATO LUIS BOCCARDO


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace hoy memoria del beato Luis Boccardo, sacerdote de Turín y fundador de las Hijas de Jesús Rey y promotor de un santuario a la realeza del Señor. Se caracterizó por su amor al sacerdocio y la atención a los discapacitados. Murió en Turín, tal día como hoy del año 1936.
Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“Obremos de tal modo que la vida de Jesús se reproduzca en nuestra conducta y que cada una de nuestras palabras y acciones difundan su suave perfume.”
2.- La Ascensión del Señor
“La primera condición para hacerse santos es tener continuamente un grandísimo deseo.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Recuerda que no te basta con salvarte a ti mismo, debe también salvar a los otros.”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“Piensa a menudo lo amable que es Jesús. Piensa en el paraíso. Cada mañana medita en el camino para ir al cielo.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

“Hagamos que María Santísima sea la reina de nuestras casas, de nuestro corazón, amándola, imitando sus virtudes. Visitémosla, recémosle: oh Madre mía, te repetiré una y mil veces que te amo y siempre te amaré.” 

SENTIDO DE LA EXISTENCIA DESDE JESUCRISTO. REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 16-17)


SENTIDO DE LA EXISTENCIA DESDE JESUCRISTO.
REFLEXIÓN DIARIA DEL COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (n. 16-17)

16 Los interrogantes radicales que acompañan desde el inicio el camino de los hombres, adquieren, en nuestro tiempo, importancia aún mayor por la amplitud de los desafíos, la novedad de los escenarios y las opciones decisivas que las generaciones actuales están llamadas a realizar.
17 Los discípulos de Jesucristo se saben interrogados por estas cuestiones, las llevan también dentro de su corazón y quieren comprometerse, junto con todos los hombres, en la búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia personal y social. Contribuyen a esta búsqueda con su testimonio generoso del don que la humanidad ha recibido: En su Hijo, Jesucristo, hecho hombre, Dios nos ha liberado del pecado y nos ha indicado el camino que debemos recorrer y la meta hacia la cual dirigirse.
Solo Dios y con él, el hombre encuentra una respuesta satisfactoria a sus interrogantes más profundos. La cuestión sería: ¿El hombre de hoy se interroga? ¿Tiene la inquietud de responder al sentido de su existencia?
Hay un primer impedimento. La sociedad materialista y consumista ahoga en el hombre la capacidad de interrogarse ofertándole pedazos de felicidad a bajo coste y una felicidad efímera. Esto hace que el hombre se encuentre en una espiral sin fin de búsqueda de experiencias nuevas para saciar su sed de sentido y felicidad; llegando tantas veces al hastío de todo. En este punto, el hombre se vuelve a preguntar, vuelve a interrogarse sobre su ser: pero ahora se encuentra dañado y herido por tantas “malas experiencias” vividas que lo condicionan gravemente.
Aquí tenemos que entender la expresión del Papa Francisco de que “nuestras iglesias han de ser hospitales de campaña”; preparados para atender a los hermanos que llegan tan dañados pero con necesidad de ser salvados por Jesucristo. Se hace necesario que nuestras comunidades se revista de las actitudes de acogida, escucha, comprensión, seguimiento y ayuda para que Cristo pueda llegar más fácilmente a esas almas.  
Hemos de dar razón de nuestra fe. Hoy, hace falta dar una respuesta verdadera, plena y sólida a esas preguntas fundamentales de la existencia humana, pues nos encontramos ante tres desafíos que no pueden dejarnos impasibles:
1.    La cuestión sobre el ser y el actuar de ser humano: en un mundo donde hay tantas visiones y opiniones y opciones morales; los cristianos tenemos la misión de presentar al mundo la verdad y belleza de la antropología y moral cristiana como el camino más seguro para alcanzar la felicidad.
2.    La novedad de escenarios: los hábitos de vida han cambiado y están cambiando muy rápidamente; los cristianos hemos de estar atentos a todos esos cambios para aprovecharlos positivamente en beneficio del Evangelio. Estos nuevos escenarios afectan sobre todo a los nuevos medios de comunicación social.
3.    Opciones decisivas: el hombre de hoy tiene que tomar decisiones muy importantes para el presente y sobre todo para el futuro de las próximas generaciones. El mundo que hagamos será el mundo que dejemos a nuestros hijos. Pensemos tan solo en el campo de la ecología, todo lo referido al cambio climático y la contaminación. De lo que hoy se decida, depende el futuro de nuestro planeta.  
La Iglesia, con su doctrina en el campo social, quiere ofrecer desde la fe en nuestro Señor Jesucristo, la Palabra hecha carne, la respuesta a las preocupaciones del hombre de hoy. Nosotros como cristianos, debemos esforzarnos para conocerla, asimilarla y aplicarla en nuestra vida

HA NACIDO LA PAZ. San Juan Pablo II



"Christus est pax nostra!"
Hombres y mujeres del tercer milenio,
vosotros que tenéis hambre de justicia y de paz,
¡acoged el mensaje de Navidad
que se propaga hoy por todo el mundo!
Jesús ha nacido para consolidar las relaciones
entre los hombres y los pueblos,
y hacer de todos ellos hermanos en Él.
Ha venido para derribar "el muro que los separaba:
el odio" (Ef 2, 14),
y para hacer de la humanidad una sola familia.
Sí, podemos repetir con certeza:
¡Hoy, con el Verbo encarnado, ha nacido la paz!
Paz que se ha de implorar,
porque sólo Dios es su autor y garante.
Paz que se ha de construir
en un mundo en el que pueblos y naciones,
afectados por tantas y tan diversas dificultades,
esperan en una humanidad
no sólo globalizada por intereses económicos,
sino por el esfuerzo constante
en favor de una convivencia más justa y solidaria.

Como los pastores, acudamos a Belén,
quedémonos en adoración ante la gruta,
fijando la mirada en el Redentor recién nacido.
En Él podemos reconocer los rasgos
de cada pequeño ser humano que viene a la luz,
sea cual fuere su raza o nación:
es el niño cualquiera, que es alguien para Cristo.
Hoy pienso en todos los pequeños del mundo:
muchos, demasiados, son los niños
que nacen ya condenados a sufrir, sin culpa,
las consecuencias de conflictos inhumanos.
¡Salvemos a los niños,
para salvar la esperanza de la humanidad!
Nos lo pide hoy con fuerza
aquel Niño nacido en Belén,
el Dios que se hizo hombre,
para devolvernos el derecho de esperar.
 25 de diciembre de 2001


martes, 29 de diciembre de 2015

FOTOGRAFÍAS DE LA SANTA MISA DE NAVIDAD 2015


Fotos: Dña. Ana María Catalina Galvez
Posted by Iglesia Del Salvador Toledo on Martes, 29 de diciembre de 2015

ROSARIO DE NAVIDAD


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Señor mío Jesucristo…
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
Divino Niño Jesús, Palabra Eterna del Padre, que quisiste compartir la debilidad de nuestra naturaleza, por el misterio de tu agonía en el huerto de los olivos, acuérdate de aquellos que sufren en sus almas y en sus cuerpos, ten piedad de todos aquellos que se sienten solos y abandonados y ten misericordia de nosotros.
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
Divino Niño Jesús, Palabra Eterna del Padre, que por amor te hiciste hombre para salvarnos, por el misterios de tu flagelación, acuérdate de aquellos que son maltratados; ten piedad de los que sufren la esclavitud y ten misericordia de nosotros.
3. La coronación de espinas
Divino Niño Jesús, Palabra Eterna del Padre, que eres el Rey de cielos y de la tierra, por el misterio de tu coronación de espinas, acuérdate de aquellos que viven esclavos del pecado y de sus propias pasiones, ten piedad de los que encerrados en sus propios juicios y pensamientos rechazan la fe y ten misericordia de nosotros.
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
Divino Niño Jesús,  Palabra Eterna del Padre, que no ahorraste trabajo y sufrimientos para salvarnos, por el misterios de tu camino hacia la cruz, acuérdate de aquellos que se encuentran desorientados, desanimados, sin esperanza; ten piedad de aquellos que quieren quitarse la vida y ten misericordia de nosotros.
5. La crucifixión y muerte del Señor
Divino Niño Jesús, Palabra Eterna del Padre, que te hiciste hombre para ofrecerte en sacrificio por el pecado de los hombres, por el misterio de tu muerte en la cruz, acuérdate de nuestros hermanos difuntos y dales el premio de la vida eterna, ten piedad de los moribundos y aquellos que hoy se presentarán ante ti dándoles las gracias necesarias para su salvación y ten misericordia de nosotros.