lunes, 1 de julio de 2024

2 de julio. LIBRADO DE UN PROFUNDO POZO. MES DE JULIO EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN

 


2 de julio

LIBRADO DE UN PROFUNDO POZO

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

MES DE JULIO EN HONOR

A LA VIRGEN DEL CARMEN

 

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

3 Avemarías

2 de julio

LIBRADO DE UN PROFUNDO POZO

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

El venerable P. Miguel de la Fuente (1625), dice, en su "Compedio Historial", que un niño de diez años, que vestía con devoción el Escapulario de nuestra Santísima Madre, ofendió con una simplicidad propia de sus cortos años y de su candorosa inocencia a un hombre desalmado, el cual, montando en cólera, lo hirió gravísimamente y, dándole por muerto, lo echó en un profundo pozo que había en las cercanías del lugar donde se desarrollara el suceso, para ocultar su crimen, cargándole o arrojando sobre el niño gran cantidad de enormes piedras, para dificultar más el que pudiera ser de algunos descubierta su monstruosa barbarie.

Al echarle de menos, sus afligidos padres corrieron como una exhalación en todas direcciones, por hallar vivo o muerto al hijo de sus entrañas, al que creyeron como Jacob a su José devorado por alguna fiera inhumana. Desconfiados de hallarle con vida, hicieron voto a la Santísima Virgen nuestra Madre de consagrarle a Ella en la Orden del Carmen como se les manifestase, y al instante comenzaron a paladear y gozar del fruto de su promesa, pues un humilde pastorcito, llamado Aníbal, que apacentaba sus ganados no lejos de aquel pozo donde se hallaba sepultado el niño devoto de la Virgen, vio que una de sus ovejitas, separándose de las demás, se iba acercando al pozo, corriendo peligro de caer dentro del mismo, por no tener brocal.

El pastorcito tiróle una piedra por ver si lograba alejarla de allí, mas, con el ruido vio que se acercaba más al borde, por lo que decidió ir él mismo a espantarla y alejarla. Mas, ¡oh milagro de la Madre de las misericordias! Tan luego como se acercó, percibió una voz lastimera y decaída que le llamaba por su nombre desde el fondo:

-"¡Aníbal, Aníbal!", oyó el pastor que le gritaban. Turbóse todo con tan extraña novedad, y, asegurándose de lo que oía, corrió presuroso al lugar a fin de dar cuenta a la Justicia del suceso.

Corrieron todos despavoridos hacia el pozo y percibieron la misma voz que anunciara Aníbal haber oído. Amarraron con una cuerda a un joven decidido y le hicieron descender hasta el fondo.

Fue quitando una a una las piedras que cubrían el cuerpo del delicado niño y que hubiesen bastado para aplastarlo y matarlo sin remedio, si la Virgen no hubiera velado por él; y al reconocer que era Dominguito, a quien sus padres lloraban sin consuelo, comenzó a dar voces de indecible júbilo, comunicando a todos la fausta noticia.

Sacóle del pozo vivo, aunque con poquísimos alientos, por el gran peso que gravitara sobre el infeliz, más al instante se recobró, pues, llevado en brazos al lugar, al siguiente día, que era sábado, le vieron del todo sano, jovial y alegre, sin recordarse de lo que pasara en el fondo del pozo por la ira de aquel hombre malvado.

Al día siguiente, domingo, le llevaron en procesión solemne a la ciudad de Nápoles, rodeándole inmensa multitud de fieles, y le condujeron a nuestro convento, donde, sin dilación, lo entregaron sus devotos padres a María Santísima, vistiéndole nuestro santo hábito.

 

Oración final para todos los días

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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Querido hermano comparte esta devoción con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.

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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.