LOS VALORES SOCIALES: LA LIBERTAD Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 200)






 LOS VALORES SOCIALES: LA LIBERTAD
Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 200)

La libertad, don dado por Dios al hombre que lo hace imagen y semejanza con él,  debe ser reconocida y respetada en las relaciones interpersonales.
El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana. Pero este no ha de entenderse como ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia autonomía personal. La libertad propia ha de vivirse en la relación con la libertad de los otros, guiados por la verdad y la justicia, dentro de los límites del bien común y del orden público y, en todos los casos, bajo el signo de la responsabilidad.
Libertad no es hacer lo que a uno le apetece. Es un don que ha de vivirse en conexión con todo el ser de la persona, con Dios y con los otros. En la medida que el hombre se reconoce criatura dependiente de Dios, llamado a conocerle, obedecerle y amarle en comunión con los otros, vive su libertad.
La libertad es vivida plenamente cuando está regida por la verdad –“la verdad os hará libres”- dice Jesús en el Evangelio. Y por tanto, ser libre implica el rechazo de la mentira, el error y el mal.
Es cierto que libremente podemos escoger el mal y el error, pero esta es una libertad aparente –que puede ser atractiva- pero que termina en una esclavitud destructora.  
Los santos son los hombres libres por excelencia en cuanto que hicieron en su vida la voluntad de Dios: pues somos libres, porque Cristo no ha libertado del dominio de nuestros enemigos: demonio, mundo y carne.

EL ROSARIO DE HOY CON EL BEATO JENARO MARÍA SARNELLI




Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace hoy memoria del beato Jenaro María Sarnelli, sacerdote de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó generosamente a ayudar a los más miserables. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Todo prójimo está en el seno de Dios, es creatura de Dios, formado a imagen de la Santísima Trinidad. Como creyente es miembro del cuerpo de la Iglesia, cuya cabeza es Jesucristo; es hijo adoptivo de Dios, rescatado y bañado con la sangre de Jesucristo; es templo del Espíritu Santo, heredero del paraíso, compañero de los ángeles y santos, hermano nuestro y comensal de la Iglesia militante, aquí en la tierra y después en la triunfante del cielo.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“El amor de Dios cuando reina en el corazón, no sabe estar ocioso. Si no obra, no es verdadero amor.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Considera los motivos por los que debemos confiar y en los que está la respuesta a la razón de nuestra esperanza. Solo las promesas infalibles de Dios, su misericordia infinita por todos sus fieles, los méritos inmensos y la preciosa sangre de Jesucristo, esparcida como ríos por nuestra salvación y dada a nosotros, de la cual una sola gota, de infinito valor, basta para cancelar todos los pecados del universo, basta para salvar todas las almas del mundo, basta para lograr conseguir todas las gracias más grandes y más deleitosas del cielo.”
4.-La Transfiguración del Señor
“La criatura vuelve ya al Creador, el hijo al Padre. Si te place, deseo ir a verte cara a cara; pero no quiero ni morir ni vivir, quiero sólo lo que tú quieres. Tú sabes que cuanto he hecho, cuanto he pensado, todo ha sido para tu gloria.”
5.- La institución de la Eucaristía
“Donde reina la caridad hacia Dios, reina la caridad hacia el prójimo. El amor de Dios y el amor al prójimo es un solo amor. Si en ti no sientes la caridad hacia el prójimo, debes de temer que no se encuentra en tu corazón el amor de Dios.”

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (DÍA 30)


DÍA 30
PENSAMIENTO DE SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
"Tened los sentidos interiores y exteriores en el Sagrado Corazón de nuestro Señor, imponiéndoles un profundo silencio: silencio interior, cercenando pensamientos inútiles y sutilezas del amor propio, para disponernos a oír a la voz del esposo; silencio en todo lo que pueda seros a vos materia de alabanza y excusa, de censura y acusación a los otros; silencio en los ímpetus con que la naturaleza inmortificada pretenda mostrar alegría o descontento en cosas tristes..., y este silencio será para honrar el de Jesús solitario en el Santísimo Sacramento. Por este medio aprenderéis a conversar con su Sagrado Corazón y a amarle en silencio".

MEDITACIÓN:
Después de ponerte en presencia de Dios y disponerte para la meditación confundiéndote, dando gracias, pidiendo perdón y las gracias necesarias para sacar el mayor fruto posible; considera: 
1.  Considera la enseñanza que Jesús nos da sobre la oración: "Tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis."
2. "Ojalá escuchéis hoy su voz." Enseñaba la Beata Madre Teresa de Calculta: "A Dios no lo podemos encontrar en medio del ruido y la agitación. En la naturaleza, los árboles, las flores y la hierba crecen en silencio; las estrellas, la luna y el sol se mueven en silencio. Lo esencial no es lo que decimos, sino lo que Dios nos dice a nosotros o lo que dice a través de nosotros. En el silencio, Él nos escucha; en el silencio, Él habla a nuestras almas. En el silencio, se nos concede el privilegio de escuchar Su voz.
Silencio de los ojos, 
silencio de los oídos, 
silencio de la boca, 
silencio de la mente . 
... en el silencio del corazón 
Dios habla.”

Da gracias al Señor por este momento de meditación y antes de terminar haz algún propósito concreto, realista y firme para vivir lo meditado.

miércoles, 29 de junio de 2016

LA CONFESIÓN DE LA VERDAD FUE RECOMPENSADA. San Jerónimo




Homilía de maitines

29 de junio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Forma Extraordinaria del Rito Romano

Homilía de san Jerónimo, presbítero
Comentario sobre Mateo 1-3, cap. 16
Con razón pregunta el Salvador: ¿Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre? Los que solo ven en él al Hijo del hombre, son, en efecto, hombres, pero los que reconocen su divinidad, son llamados dioses, no hombres. “Los discípulos respondieron: unos dicen que Juan el Bautista, otros Elías.” Me asombre de que ciertos intérpretes se pregunten la causa de estos errores y procuren sentar mediante largas discusiones por qué los unos pensaron que Nuestro Señor Jesucristo era Juan Bautista, otros Elías, otros Jeremías, o algún otro profeta, ya que pudieron engañarse tomándolo por Elías o Jeremías, del mismo modo que se engañó Herodes tomándolo por Juan Bautista, cuando decía: “Este es aquel Juan a quien yo mandé cortar la cabeza, el cual ha resucitado de entre los muertos y por eso hace milagros.”

“Y vosotros, quién decís que soy yo?” Lector prudente, pon atención, de conformidad con la continuación y el texto del discurso, en que los Apóstoles no son del todo llamados hombres, sino dioses; porque sólo después de haber dicho: “Quién dice los hombres que es el Hijo del Hombre?”, añade lo siguiente: “Y vosotros, ¿quién decías que soy yo?” Mientras que los otros, porque son hombres, piensan de mí cosas enteramente humanas, vosotros que sois dioses, ¿quién creéis que soy yo? Pedro, en nombre de todos los apóstoles, hace esta profesión de fe: “Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.” Dice Dios vivo, a diferencia de esos dioses que pasan por dioses , pero que están muertos.

“Y bienaventurado eres, Simón, -respondiendo Jesús, dijo-: Bar Jona:” Corresponde  al testimonio que el Apóstol ha dado de él. Pedro había dicho: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.” La confesión de la verdad fue recompensada: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan.” ¿Por qué? “Porque ni la carne ni la sangre te han revelado esto, sino mi Padre.” Lo que ni la carne ni la sangre pudieron revelar, lo reveló la gracia del Espíritu Santo. Así, pues, a consecuencia de su profesión de fe, recibe un nombre en el cual se halla expresada la revelación del Espíritu Santo, y aun merece ser llamado hijo de este Espíritu.; “porque la locución “Bar Jona” se traduce en nuestra lengua por “hijo de la paloma.”

EVANGELIO DEL DÍA: TÚ ERES PEDRO, Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA




29 de junio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Forma Extraordinaria del Rito Romano

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».  Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Mt 16, 13-19